jueves, 7 de febrero de 2008

un comentario

donse estara esta escritora tan maravillosa,para poder discutir con ella a fondo el tema del sexo y alguna cosa mas diria yo.de un admirador que lo tienes loquito por tus huesos un saludo para todos
te quiero mi niña que sepais todos que el critico que escribio este comentario es el novio de la escritora y la quiero mas que a mi vida un pedazo de beso para ti mi amor
Miguel Angel

sábado, 8 de diciembre de 2007

The Cage

THE CAGE

I can exactly describe the atmosphere of this house before Emilio’s arrival. A breeze like a pop lifts some dust among the curtains. That contributes to create like a dream atmosphere surrounding the box where I am inside. At first I felt a little tension behind my head like if I were in a crossroad where winds from different sources converge, I guess the blindfold was too tight this time. I was bored today. My fantasies about hairy and big hands didn’t keep me amused this afternoon. For once I would like to have my hands untied, just this time, this boring afternoon. I kneeled to change my body position, as I do every fifteen minutes, when He is not around….
I crossed my hands over my stomach and I felt that my fingers were cold, while I could listen to Mozart in the music player. Emilio has left it on for me to listen to…and even as I couldn’t see anything, I closed my eyes.
1.90×1.50 centimeters. I can’t see that dusty cloud right now but I feel its tickeling in my shoulders skin and in spite of I haven’t seen my house in three years I know that everything is exactly in the place where I left it. My wedding picture on the phone table, Emilio’s serious face looking through the glass, sharply ….distant. His left arm squeezing my waist and my smile focused on his neck. It was never like before. I remembered him by the bed that night, and many others after that photograph.

- I can’t touch you! I can’t touch you with such an angel face….and those eyes…how am I ever going to put it inside of you if you wouldn’t close your eyes, damn!
But I couldn’t, I couldn’t close my eyes. It was like betrayal for me if I close them, like I was accepting the possibility he wasn’t there. And then silence took over and Emilio locked down in the bathroom rubbing his naked body against the walls cause He never quite knew how to masturbate himself.
Heat is putting me to sleep and my eyes are wet. That memory hurt. It will continue doing so and he will have to buy another blindfold because I’m starting to see through this one.What a long afternoon is this. I have all the hours of the day well pictured inside my head, its different sounds, and textures. And I can’t wait…the cage was my idea. I know otherwise I would have just ran away. He bought the blindfold , I wasn’t supposed to wear it all day round. But you know, and I know, I wouldn’t be here if I weren’t tied up, blindfolded, naked..waiting for him, arriving every day at six o’clock, opening the cage for me to breath , pulling down my breasts , taking me to the carpet to penetrate me, many many times…….I couldn’t close my eyes, and I can’t feel anything else If I’m not in this position, ….see my friend, love is a strange animal, change its colors and has many roads….but Shhush….He is coming this way………my love is coming back home, and my pussy is getting wet and my hands don’t hurt anymore and the blindfold is getting wet from my tears…Shhhhhhhhh my love is unlocking the door……

La Huida




Me levanté lentamente del asiento gris, y fui a la ventana. El vehículo estaba ahí y lo único que tenía que hacer era escapar. Escapar de tus correos electrónicos, de tus cartas, de la podrida certidumbre de que estabas con otra y no te atrevías a decírmelo…después de tantos años…. Entonces quieres desaparecer, convertirte en gas, bruma….en nada.
El auto necesitaba gasolina, y yo traté de no conducir demasiado rápido, morir por escapar no me parecía tan atractivo.
Pronto dejé la ciudad, y ese olor a rancio, muy muy atrás. Conduje muchas horas, y estaba muerta de sed. El norte se extendía delante del parabrisas y me pregunté como sería ver un espejismo. Sin embargo sabía que la gasolinera no era ningún espejismo, estaba en el mapa, apenas.
Apenas porque era una casucha a punto de caerse y un tipo alto, delgado y cubierto de polvo clavaba unas tablas en el techo, subía y bajaba por una escalera de mano.
Me vio.
-¿Estanque lleno? Sus ojos eran negros y muy penetrantes.
- Si, por favor. ¿Vende agua mineral? Me miró de arriba a bajo buscando surcos en mi camiseta blanca.
- Claro. Le conviene comprar bastante. No hay otra estación de servicio en cien kilómetros. Sus ojos estaban posados en mis pezones, calmadamente sin la menor muestra de vergüenza.
- Entonces me llevaré varias botellas. Su insolencia no me molestaba, nada me molestaba, ni el calor, ni las moscas, ni la sed. Sólo ese golpe seco en el pecho, ese hoyo negro subiendo y bajando por mi garganta.
- ¿Qué hace tan lejos? Estos pueblos abandonados no son de ningún interés, con excepción de algunos gringos o documentalistas. Y los locos que creen que pueden encontrar oro en alguna casa abandonada de las salitreras.
- Voy a María Elena. Quiero tomar unas fotos del antiguo teatro.
_ Supongo que no tiene miedo a los fantasmas. Yo no iría allá ahora que el sol está bajando.
Yo iría a cualquier parte en donde nada me recordara de lo que venia escapando, en realidad mi viaje era hacia la nada….María Elena me parecía el paraíso.
Llegué con la puesta de sol y dejé el auto luego de mi tercera botella de agua. Recorrí las calles muertas de un pueblo que algún día estuvo lleno de gente vivaz y ruidos y vida. Encontré un grifo y lo abrí. Sólo por curiosidad. Había agua. Recordé que no hacía mucho se había filmado una serie allí. Entonces comencé a desear encontrar más, tal vez lavarme, estaba muy transpirada.
No fue difícil abrir la puerta del antiguo hotel. Subí con cuidado los veinte escalones, después de comprobar que no habían grifos en el primer piso. Una de las habitaciones no estaba cerrada con llave, en el centro había una cama grande, maltrecha y cubierta de una cubrecama viejísima de terciopelo rojo y una capa fina de polvo. Las telarañas habían tejido una cortina en la ventana, no pude menos que asombrarme. El baño no tenía puerta y corrí al grifo….si había agua…
Me desnudé muy rápido y dejé mi ropa sobre una viejísima silla de mimbre, aun hacía mucho calor. Me metí en la tina y abrí el grifo del agua de la ducha. Una ola de frescura sacudió mi pelo…pensé que era el agua fría…pero no. No .
Algo se movió muy rápido y sentí una mano tibia en mi espalda, alguien, entonces.
_No te muevas, no hables, si gritas nadie te va a oir…solo dame un minuto.
Comencé a transpirar helado y finas lágrimas llenaron mis ojos, el miedo, la raíz del miedo.
- No te asustes, solo no quiero que grites. Sus manos estaban en mis caderas y cada vez que quería moverme me lo impedían sus piernas que parecían de hierro. Puso mis brazos contra la vieja pared de la tina, y entonces sentí su miembro pasar debajo de mis muslos, como un puente erecto que atravesaba mis piernas.
Sus manos subieron desde mis caderas y sentí su respiración en mis orejas, tibia, muy rápida. Su mano izquierda tomó uno de mis pechos y la derecha se metió entre mis piernas…yo cerré mis ojos mojados. La mano izquierda apretaba mi pezón y yo lo oía gemir entre mis piernas…
- No te voy a forzar, si quieres que me vaya, dímelo ahora. No pude hablar, no sabía que decir, estaba muerta, ya estaba muerta, ¿se pueden violar los muertos? De poder…se puede… ¿les importará a ellos?
Su lengua mojó mi cuello y la mano derecha subía lentamente hacía mi clítoris, tan lento, tan deliciosamente lento, que no lo soporté y me doblé hacía adelante. El me cargó y me sacó de la tina, estaba muy oscuro, y sentí la nube de polvo que mi cuerpo levantó en esa viejísima cama.
El estaba sobre mi, era delgado y tenía muy poco vello, pero su piel era muy suave. Me besó, abrió mi boca con su lengua de un gemido y yo también lo besé. Sentí la piel de su estómago en mi piel y sus piernas separando las mías. Rasguñó la piel de mis caderas cuando me penetró, se quejaba y gemía y hablaba….hasta por los codos.
- Que mojada estás mujer, pero que mojada….te voy a dejar llena, ya lo verás, no te arrepentirás de no haber gritado, ¿no te asusta la oscuridad?¿no te asusta que no puedas verme? Pero apuesto que te gusta sentirme…¿verdad que sí? Estoy muy adentro de ti ahora, que calor hay dentro de esa cueva, es mía esta noche, ¿verdad que es mía?
En verdad estaba muy dentro de mí y su boca mordía mis pezones y mamaba de mis pechos, iba de uno a otro y luego a mi boca, hablaba sin parar y yo gemía, gemía porque me estaba montando como un toro y eso me gustaba, me gustaba tanto que mis uñas rompían la piel de su espalda, y sabía que eso le dolía pero solo parecía excitarlo más…..hasta que todo dio vueltas en mi cabeza y creí que iba finalmente a desaparecer, o morir, o reventar.
Cuando desperté estaba sola, vestida con mi arrugada camiseta y mis jeans, no había señales de nada en la cama, mis botellas de agua en el suelo, mi bolso.
Me levanté, muy cansada y salí torpemente a buscar el auto….me puse en marcha y me devolví sobre mis pasos, estaba muerta de hambre y lo único que podía pensar era en la estación de servicio, treinta kilómetros atrás.
El encargado no estaba, eso pensé. Cuando me acerqué al hombre que estaba de pie al lado de los tanques de gasolina supe que era él, por sus ojos, negros y penetrantes. Hoy estaba limpio de pies a cabeza, su piel tenía un agradable tono mate y se había afeitado muy bien.
- No lo reconocí, dije desconfiada.
- Hoy es domingo, sonrío sin mirarme.
- Quiero galletas y refrescos.
- Se los traigo en seguida.
Volvió con galletas y chocolates y le pagué, sus manos estaban llenas de callos pero parecían suaves.
Ya me iba al auto cuando de pronto escuche su voz.
-¿Durmió bien la señorita? Muy serio, mirando hacia el sur.
_ Creo que si. Mirando hacia su nuca.
_ No creo que vuelva por estos villorrios olvidados por todos, ¿no es verdad?
_ Quien sabe, tal vez eso sea lo que me traiga de vuelta.
Eché a andar el motor, y por lo menos, el hoyo negro en mi pecho parecía inexistente…hasta ese momento.

LA VENTANA ENTREABIERTA




EL SEXO ES COSA PRIVADA
dijo mi bisabuela Teresa del manjar blanco
y las lechugas con crema
y a mi se me encogió algo como de pétalos
en la garganta
El marido de mi abuela
meneaba la cabeza de un lado a otro
sus ojos lodosos no dejaban nuestras caderas de quince años
libres a la danza del mujerío
EL SEXO COMIENZA Y TERMINA EN TU CAMA DE CASADA
mi madre limpiaba estas palabras
desde su pecho gastado
enfermo de placeres que no conoció
EL SEXO ES COSA DE HOMBRES
piensa mi padre acariciando el control remoto del televisor
único destinatario de sus caricias
EL SEXO ES UN ASUNTO DE DOSgrita mi hermana desde la sequedad de su ventana ajena a la lluvia
y en el piso de arriba
hago cantar tus caderas al abrazo de mis piernas
sobre el velador las fotos familiares tiritan al crujido de las tablas
y somos varias generaciones las que se sientan sobre tí
mordiendo tus orejas hasta que la sangre se envuelve en el llanto
de un orgasmo de tres colores
EL SEXO ES PATRIA DE LOS SUICIDAS

martes, 17 de julio de 2007

La LLave


La LLave

Para Marcelo

27 de Abril, 1997.

Antonio:

Dejé la llave bajo el macetero. El lugar más obvio, como tú lo llamas. No te preocupes. No creo que vuelva. Ya bastante sucedió como para querer joderte la vida aún más. Ya se que crees que no fui culpable. Pero me hago absolutamente responsable de mis orgasmos, sus preludios y consecuencias.


Tamara


Recogí la carta junto con la cuenta del celular, las subscripciones a diarios y revistas y toda la basura que suele llegar. Bueno, a todos.
Me sentí lleno de una tibieza especial cuando toqué su carta. No creo que la ame, por cierto, pero quien sabe. Tal vez sí.
Aquí llueve todo el tiempo y uno de esos viernes buscaba una porno en el Pay Per View, Claudia, mi pareja, trabajaba en su tesis en el campo. No vendría hasta el día siguiente. Así que nada, nada de nada. Solo yo, la porno y el Pay Per View.
Golpeó mi puerta desesperadamente y la dejé entrar. Tamara, la mujer de mi hermano, habían peleado. El le pegó.
Me sentí, como cualquier tipo medianamente decente, avergonzado y molesto. La abracé, la dejé que llorara y le preparé un café.
Claudia hace los cafés harto mejor que yo. Ella lo hace todo bien. Sin embargo, hay algo, algo entre nosotros que no puedo describir. Cuando estamos en la cama y estoy adentro de ella, sólo siento mi placer, mi desesperación por romperla en mil pedazos, mi falo golpeando sus paredes con furia. Ella se queja, transpira, aprieta sus manos contra mis caderas. Pero es su gozo el que necesito sentir, sus gritos de hembra siendo penetrada, una pasión de yegüa en monta, en celo.
El solo pensar en eso, en lo que nos falta, hace que mi calzoncillo explote.
Tamara tenía los ojos rojos y se veía muy cansada, sentí pena por ella. Le presté una toalla y puse sábanas en el dormitorio de las visitas. Todo normal, triste pero normal
Como a las tres de la mañana me desperté. La sentí llorar. Un impulso hizo que me levantara. De verdad, te juro, me moría de pena por ella. Llegué a su puerta y entonces me di cuenta que no eran sollozos. Tamara se masturbaba y gemía. Por un momento pensé que quería excitarme, que quería que la penetrara, que me estaba…no sé…provocando, que sabía…mínimo lo que hacía. No era así.
Me arrodillé y miré por la cerradura. Ella estaba sentada en cuclillas sobre la cama frotándose la vagina con las dos manos. Sus pechos, chiquitos y redondos estaban llenos de sudor. El sudor le caía a chorros desde la frente y tenía los ojos cerrados.
Estaba tan concentrada que te juro, parecía en trance, un trance divino y caliente.
Todos los vellos finos, esos a ras de la piel de mi espalda, se levantaron. Creo que al mismo tiempo que mi pene. Ni que uno pudiera controlar eso. Aún, con la mujer del bruto de mi hermano.
Ella aullaba, se frotaba desde el clítoris al ano y te juro que nunca vi una mujer con más jugo.
Había en el aire un olor a almizcle, a sexo, a hembra…
Abrí la puerta, no me resistí.
Su cara se transformó y quiso decir algo. Yo le callé los labios con el dedo y ella me miró.
La senté de un solo movimiento en mi pene duro, tieso, lubricado y furioso. Ella entendió. Puso sus manos en mis hombros y me montó.
No dejó que la besara así que le mordí los pezones con rabia.
Ella subía y bajaba por ese tubo pegajoso, las paredes de su vagina me apretujaban y me controlé para no eyacular. Empezó a gritar, a llamar a Dios y a otros santos, a lamerme la cara y meterme sus pechos en mi boca.
Su aullido y mis gritos también convergieron, hasta que finalmente acabé en su cara. No quería preñarla, ¿sabes?. Si, ya se que es una tontería, una pendejada, un mito.
Ella me abrazó y entonces me besó. Su boca estaba fresca como una fruta.
Dejé la llave en su mesa de noche, y aquí la tengo ahora, entre mis dedos. Y la huelo para ver si puedo sentir su olor de hembra en celo… y siento algo más…pero no puedo contártelo porque siento que Claudia abre la puerta con su llave.

Bienvenido, Criatura de la noche, descastado, extraño y amante de las letrs

Bienvenidos a mi Blog

Este es un espacio literario y librepensador. He creado este blog para dar a conocer mis escritos en Inglés y Español, fotografías y música. Empecé e enviar mis trabajas a revistas de circulación normal, como The Clinic pero nunca obtuve respuesta de ellos asi que se pueden ir al diablo.
Escribo literatura erótica, género venido a menos que tiene mucho que decir y que incorpora en su lenguaje algo mucho mas elaborado que fluídos corporales u órganos sexuales que son lo que prevalece....Atrévanse a leer, el fanstasma de Anais Nin anda por aquí, que mas quisiera yo.
Hay cervezas y Vodka en el minibar, siéntase como en casa